26.7.13

Importancia.

Ahora mismo, nuestros ojos están en otros lados. Se ocultan de nosotros, y con una razón más fuerte que ellos mismos. Observan a otros, otros que están muy lejos, pero a los que el dolor insufrible nos hace acercarnos. Como quien ve un niño llorando en la calle y se acerca a preguntarle ¿Cómo estás?

Lo cierto es, que no todo el mundo lo hace. No todos detienen su vida un momento para ayudar a ese niño. Nadie sabe nada de él. Podría estar incluso fingiendo, mostrándose vulnerable para debilitarnos y, por ejemplo, robarnos. En éste país no es lo más común, pero explotar los sentimientos por una causa sí lo es, y además en todas partes.

Si ese niño sale por la tele, llorando, mientras alguien ajeno totalmente cuenta lo mal que parece estar pasándolo, pero al preguntarle no recibió respuesta, todos nos apenaríamos por ese niño. Todos querríamos saber que le pasa, pues en todos parece recaer la responsabilidad de su desdicha. Todos querríamos abrazar a ese niño. Y, por supuesto, cualquiera que no lo hiciera sería un completo insensible, un desgraciado cualquiera preocupado solo por su egoísmo infinito.

El mundo es demasiado grande como para controlarlo. Y las personas que supuestamente nos dominan controlan nuestro control, es decir, nos dan solo una parcela de lo que es la realidad. Pues la crueldad, aunque sea difícil de entender, no tiene límites. Pero, ¿Qué es la crueldad?

Un hombre muere apuñalado por su hijo. Un niño que huye y, al día siguiente, se pone a llorar en la calle. Llora y llora, pero por mucho que le preguntan no quiere responder.

El hombre asesinado sale en las noticias. Son muy explícitos, 13 puñaladas. Muchas más de las necesarias. Ese hombre permanece en nuestras pantallas como un mártir durante 2 semanas, en las que los medios, conmocionados, no entienden porqué ha muerto ese hombre. No queda ningún rastro del crimen más que su hijo, que se presupone que se lo encontró y por eso tiene las manos ensangrentadas. Por eso llora.

El hombre no era su padre. El hombre era su padrastro, su madre había muerto y les había dejado al cargo de él. Él abusaba de su hermana, la cual murió dos años atrás de un "accidente" en las vías del tren. El niño se hizo hombre antes siquiera de poder jugar a ser mayor. Sabía lo que le gustaba a su padrastro, y tenía muchas amigas a las que no se atrevía a invitar a casa. Sabía a lo que se enfrentaba. Sabía que, un día, ese hombre se propasaría con alguna de sus amigas. Y ese día llego. Ella no dijo nada, pero él actuó. Era pequeño, pero tenía un cuchillo, y se salvó.

Pero al final todo queda en nada. No queda claro quien es, pues los medios lo descubren, el niño habla, y su padrastro era un importante político. Demasiado amigo de otro político aún más importante. Compartían gustos. Pero todo queda en nada, un asesinato de un terrorista misterioso. ¿Valió la pena preocuparse por el niño?

Un mes. Ése es el tiempo que posiblemente dedicarían las noticias a un caso tan mundano como éste. Parece terrible, y puede que lo sea, pero ahí está. ¿Es real? Eso solo lo sé yo. Vosotros podéis creerme o no. En éste caso, las noticias no controlan lo que yo pueda decir, pero eso, por supuesto, tampoco lo sabe nadie. Igual si que estoy siendo controlado.

Como éste podían haber mil casos. ¿Qué lo hace tan especial? Que salió por la televisión. La cantidad de asesinatos que se cometen, sean las causas justas o no, dependiendo de la ideología de cada cual, es impresionante. Probablemente, muchos más que accidentes.

La televisión nos envía un mensaje cifrado. Podemos elegir qué ver, que mensaje codificado recibir primero, y analizarlo como queramos. No todo es mentira, pero no todo es verdad, por lo tanto, ¿Qué nos queda más allá de la incertidumbre?

Otra buena pregunta es, ¿A donde quiero llegar con ésto? Son muchos mensajes en uno solo, pero viene bien recibir tantos a veces. Quedémonos con el que más nos guste.

Sólo porque no sea terrible y doloroso, no significa que no valga la pena.
Toda ocupación en la que centremos nuestra vida, por egoísta que parezca, tiene su Importancia.